Jueves Santo.






   Tras la resaca colorá, la mañana de Jueves Santo en Murcia está plena de traslados y preparativos. A las once de la mañana comenzaba el besapié en San Miguel al Cristo de la Misericordia, que por primera vez iba a San Antolín en solemne traslado. Unos minutos más tarde, comenzaba en Santa Clara la veneración al Lignum Crucis, con el posterior traslado del Cristo de Santa Clara y el encuentro en Santo Domingo con su madre la Virgen de la Soledad. El Santo Sepulcro ya tenía en San Bartolomé a sus cinco pasos.
   Ya en la tarde del Jueves Santo, Murcia comenzaba a vestir de nazareno. A las seis y media se volvían a abrir las puertas de la Iglesia del Carmen para dejar salir al cortejo de la Soledad del Calvario. La nueva María Magdalena de Hernández Navarro recorrió la ciudad, al igual que lo hizo el Cristo de la Humillación por última vez. Cuando dicha procesión ya volvía al Carmen, todo se trasladaba a la puerta de la Iglesia de San Lorenzo, donde a las diez en punto salía la procesión del silencio con el Santísimo Cristo del Refugio.















REAL, MUY ILUSTRE, VENERABLE Y ANTIQUÍSIMA
ARCHICOFRADÍA DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO 
SEÑOR JESUCRISTO - PROCESIÓN DE LA SOLEDAD DEL CALVARIO

















COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL REFUGIO













Jorge Martínez Reyes.
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