El Lunes Santo es el día del barrio de San Antolín. Por la mañana, el más que tradicional descendimiento y besapié del titular de la Cofradía del Perdón congrega a cientos y cientos de murcianos en la parroquia de San Antolín. Bien pasado el mediodía, las puertas de la iglesia se cierran para preparar definitivamente a los once pasos que la cofradía magenta saca a las calles de Murcia. Dichas puertas se abrirán de nuevo cuando el reloj marque las siete de la tarde, poniéndose el pendón mayor del Perdón en la plaza de San Antolín. En exactamente dos horas ya estaba todo el cortejo en la calle, incluída por supuesto la Virgen de la Soledad, que salía a respirar el aroma primaveral murciano sabiendo que el próximo año será coronada canónicamente. La capital presenció nuevamente el delicado balanceo del Cristo del Perdón, que levantaba "vivas" y aplausos en cada rincón. El Lunes Santo magenta finalizó con el encuentro del Cristo y de la Soledad en la plaza de San Antolín. El tren de la Semana Santa va pasando lentamente. La próxima estación es doble; San Juan Bautista y San Juan de Dios.
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Jorge Martínez Reyes.
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